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PRIMERA BODA EN LA NUEVA NORMALIDAD

primera boda en la nueva normalidad

Este Sábado realicé el reportaje de mi primera boda en la nueva normalidad, y me parece muy interesante poder compartir mis impresiones con todos vosotros, ya que veo muchísimo interés a través de preguntas por Instagram de novios, compañeros, etc.

La pareja en cuestión, que me han pedido guardar su anonimato por motivos personales, decidió tirar para adelante con su boda ya antes de comenzar la desescalada incluso. Ellos habían elegido un día, un lugar y unos proveedores, así que si la ley lo permitía… la boda se iba a celebrar. Redujeron el aforo y se adaptaron, tanto ellos como el restaurante, a esta nueva situación.

¿Cómo se desarrolló esta primera boda en la nueva normalidad? ¿Qué cambia?

Lo que cambia es básicamente lo que se establece como protocolo, y que no se por qué, aún sigue generando dudas: distancia social de un metro y medio, y cuando esto no pueda cumplirse, uso obligado de mascarilla. Ya está, no tiene más… esto es en las bodas y en la vida en general. Por supuesto el uso de mascarilla siempre se recomienda de continuo.

El bus de invitados les dejó en la puerta del restaurante, la imagen de todos bajando con mascarilla me impactó en un principio, aún sabiendo que la iba a presenciar. En los primeros minutos se encontraban un poco perdidos, no estamos nadie aún familiarizados con como hay que comportarse en estos eventos.

La ceremonia, al ser en un sitio cerrado y con pocos metros siguió obligando a los asistentes a usar mascarilla. Los novios no, ya que todo estaba estudiado para que su entrada, y estancia durante la ceremonia, estuvieran distanciadas de los demás sin problemas. Al convivir juntos no tienen por qué llevarla sin respetar la distancia entre ellos (otra cosa que aún sigue generando dudas a día de hoy)

En el coctel había mesas separadas varios metros donde juntarse por grupos. Si no me equivoco, el máximo es 20 personas por grupo, que tampoco es algo que difiera de cualquier coctel de cualquier boda. Generalmente la gente está en grupos reducidos de por si. El uso de mascarillas aquí era intermitente, ya que comiendo y bebiendo no se usan (igual que en cualquier restaurante o bar de la calle).

En el banquete estaba todo bajo control: mesas largas con distancia entre unidades familiares o parejas. Es decir, todo el mundo se veía y podía hablar, pero se respetaba la distancia entre invitados que no convivían juntos. Ejemplo: una pareja de novios, distancia, un matrimonio y sus dos hijos, distancia, etc. Aquí la mascarilla tampoco tenía ningún sentido, puesto que si estás comiendo no la usas.

Después los novios abrieron el baile, con los invitados haciendo un corro muy amplio con distancia entre ellos, para dar paso a tomar algún cubatilla y echar algún que otro baile (sin locuras y con dos dedos de frente)

Como fotógrafo de bodas…

Nada más y nada menos que seis meses y medio desde mi última boda en 2019… y añadiendo esta nueva situación… no iba tranquilo, tengo que reconocerlo. Trabajar con mascarilla tantas horas no es cómodo, a veces empañas el visor, sube unos grados tu sensación de calor (ya hacía bastante de base) y no sabía que me iba a encontrar.

Quitando eso… LO PASÉ GENIAL. Y es lo que hay… supongo que mucha gente ha entrado a leer este post esperando encontrarse alguna calamidad o tragedia… pero no amigos: las bodas siguen, y no sabéis las ganas que tiene la gente de pasarlo bien. También conocí a una provedora con la que no había coincidido hasta la fecha, Ainhoa Ledesma, que fue la encargada del Makeup en casa de la novia. Un placer, gran trabajo, y espero que nos encontremos en varias bodas en adelante 🙂

Hay menos abrazos si… pero es que ahora mismo hay otras muchas cosas, y fue un honor fotografiar momentos así, que quedarán grabados para siempre. Una boda muy especial, con muchísima carga emocional. Tengo que reconocer que solté lagrimita en un speech durante el banquete. Fue una pareja de invitados, que trabajan en sanidad, los encargados de darnos una lección a todos de que hay que vivir la vida. Que ha habido muchas desgracias, y miles de muertos. Hoy estás y mañana no.

Así que me quedo con ese mensaje, y espero que vosotros también. La vida son dos días, y la gente ahora necesita pasarlo bien y celebrar. Si queréis iros a 2021, bien, es vuestra decisión, y que nadie os diga lo contrario. Pero esto lamentablemente va para largo, y hay que hacerse a la idea. Las bodas siguen, las emociones siguen, la diversión sigue… no penséis que todo eso se ha acabado, porque os estaréis equivocando.

Gracias N&I por dejarme escribir sobre vuestra boda, mi primera boda en la nueva normalidad. Sois grandes y muy auténticos, y he disfrutado como un enano trabajando en vuestro día.

P.D: me habría gustado incluir algunas fotos más, pero quiero respetar la decisión de los novios. No obstante en unos días, y con el reportaje ya entregado, actualizaré esta entrada en cuanto tenga su permiso.

Un saludo a todos, y cuidaros!


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